Las landing pages son páginas web sencillas, que por lo regular no tienen secciones ni te mandan a otras páginas. Están diseñadas para generar leads, es decir, están personalizadas para atraer a cada tipo de cliente de acuerdo con cada uno de tus productos.
Los microsites se diseñan con una audiencia o un producto específicos en mente. No están integrados en el sitio principal de la web, sino que cuentan con una URL propia y el diseño y la navegación también son diferentes. En definitiva, es como si crearamos un sitio nuevo desde cero.
Este tipo de página de aterrizaje es la más básica, ya que la landing page simplemente forma parte de tu sitio web corporativo principal y se comporta como una página más del mismo. Las landing page tipo mainsite tienen el mismo diseño y la misma navegación que el sitio web principal, lo que hace que el usuario transicione de manera fluida y no genera sensación de discontinuidad, a la vez que se refuerza el branding.
Las landing page standalone son las más minimalistas y específicas. Pueden estar alojadas en la misma URL que la página principal o en otra diferente, pero en cualquier caso no tienen navegación. Hay un mensaje y una llamada a la acción muy claros, sin información irrelevante. Básicamente, el usuario puede hacer 2 cosas: convertir o abandonar.